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Elon Musk confirma que dimitirá como director ejecutivo de Twitter cuando encuentre sustituto.

El dueño de la red social preguntó a sus usuarios en una encuesta si debía dejar el puesto y un 57% votó que sí.

IKER SEISDEDOS / TECNOLOGÍA / 20.12.2022 - 18:17H

Hace 5 horas · 4 min.
Redes sociales

Al final de uno de los días más agitados, que ya es decir, de sus casi dos meses al frente de Twitter, Elon Musk, que compró la compañía en octubre por 44.000 millones de dólares, escribió el domingo pasado el siguiente mensaje en la red social: “Como afirma el dicho, cuidado con lo que deseáis porque lo podríais conseguir”. Los usuarios de la red social desearon que aquel dimitiera como director ejecutivo y eso es exactamente lo que parece que han logrado, aunque con el tipo nunca se sabe. Según anunció a golpe de tuit este martes por la noche en la costa Este, su franja horaria favorita para lanzar bombazos informativos, Musk está listo para dejar el puesto. Lo hará “en cuanto encuentre a alguien lo suficiente estúpido para aceptar el trabajo”. “Después de eso, solo mandaré sobre los equipos de software y de servidores [tecnológicos]”, añadió.

El magnate cumplía así su promesa de “aceptar los resultados” de una encuesta lanzada entre sus más de 122 millones de seguidores aquel domingo, que Musk pasó en Qatar en la final del Mundial de fútbol y en compañía del yerno de Donald Trump, Jared Kushner. En ella, les preguntaba: “¿Debería renunciar como jefe de Twitter?”. Votaron 17.503.391 cuentas. Un 57% lo hizo a favor de su dimisión.

Todo había empezado por la mañana, con el último cambio de las políticas de uso de la plataforma, que anunció ese domingo que sus usuarios ya no podrían enlazar a Facebook o Instagram, propiedad de la Meta de Mark Zuckerberg, así como a otras plataformas como Mastodon o Truth Social. La prohibición generó tantas críticas, incluso por parte de los acérrimos defensores del segundo hombre más rico del planeta, que Musk se echó atrás y convocó la famosa votación.

Una vez se conocieron los resultados, la cosa entró en un impasse. El lunes se fue en promocionar logros de sus otras dos niñas bonitas: la fabricante de coches eléctricos Tesla y la aeronáutica espacial SpaceX. También en amagar con un cambio en el sistema de encuestas para que solo puedan votar los usuarios de pago y en airear los hallazgos de la serie de filtraciones conocidas como Twitter Files, una serie de documentos internos de la compañía sobre el modo en el que esta gestionó los escándalos de Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden, a raíz de sus turbios negocios en el extranjero. Además, tuiteó: “La cuestión no es encontrar a un presidente ejecutivo, la cuestión es encontrar a un presidente ejecutivo que pueda mantener Twitter con vida”.

Finalmente, el martes, día en el que algunos medios estadounidenses informaron sobre su “búsqueda activa” de un ejecutivo capaz de sucederle y este se mofó de esas informaciones, se pronunció sobre el elefante en la habitación: había preguntado a sus clientes si lo querían al frente de la compañía o no y estos habían sido tajantes en su respuesta.